El tiempo va pasando y la única solución que se vislumbra para nuestra residencia de ancianos no es muy buena. Es muy fácil hablar en alguna barra o un corro de amigos/as para buscar culpables, aportar soluciones o desentendernos de algo que creemos que no nos atañe.
Pero nada más lejos de la realidad, el problema de la Residencia de Ancianos lo es de todos. No hablamos sólo de los ancianos o los trabajadores actuales, sino de una puerta más abierta al futuro. Algún día puede que trabajen allí nuestros hijos o nietos o que, nosotros mismos, necesitemos ser asistidos en ella y querremos estar lo más cerca de nuestra casa posible.
Hasta ahora nadie ha aportado soluciones realistas, todos han fallado (o no hacen lo suficiente).
Los políticos de antes fallaron y los de ahora fallan.
La Fundación falló y lo sigue haciendo.
La directora anterior falló y la de ahora falla.
Es hora de coger el toro por los cuernos y afrontar los problemas entre todos. Porque lo que unos pocos no son capaces de hacer lo podremos hacer entre todos. Porque lo que sí que tenemos y nunca falla es la solidaridad de todo un pueblo. Los trabajadores ya llevan mucho tiempo sin fallar.
En este pueblo hacemos de todo entre todos:
- San Antonio tendrá su ermita gracias al trabajo de muchos voluntarios.
- La Cruz de la calle Humilladero, como otras antes, será una realidad entre todos.
- El Señor de la Columna tendrá su casa entre todos.
- Tuvimos Feria gracias al esfuerzo de muchos.
Aquí se arrima el hombro para todo lo que se puede... no sólo somos pueblo de fandango y panderetas.
Tal vez no se haya hecho lo suficiente. Desde la dirección y la Fundación tendría que haber mucha más iniciativa. Aunque todos ayudemos, de alguien tendrían que salir las iniciativas. A grandes problemas, grandes soluciones... y no hay que esperar a que nos salve ningún banco (bastante han ganado ya) a menos que sea estrictamente necesario. Cualquier iniciativa que haya sería buena, por descabellada que parezca. Todo menos el cierre. Pero todos tendremos que implicarnos:
- Si hay que vender papeletas, se venden,
- Si hay que hacer rifas, se hacen.
- Si hay que negociar con la constructora, se negocia. Aunque haya una sentencia judicial y un embargo, si la Fundación cierra a la constructora le costará mucho más tiempo cobrar. Así que se podría negociar una quita parcial de la deuda o unos pagos más flexibles (preferirán tardar más en cobrar que no cobrar).
- Si los trabajadores/as tiene que aceptar un menor salario tendrán que hacerlo, por mucho que nos duela. Si finalmente cobran por sentencia judicial o a través de algún fondo de garantía también cobrarán menos.
- Si hay que ir a la tele a rogar ayuda, se va (ahora hay muchos programas dedicados a estas cosas).
- Si hay que pedir donaciones a grandes empresas de la provincia (Ertisa, Cepsa, bancos, cajas,etc..). Muchas de ellas tienen programas de acción social y exenciones fiscales por donaciones.
- Si hay que pedir dinero a la iglesia, se pide. Ellos llevan haciéndolo muchos siglos.
- Si hay que "vender" alguna de las 50 plazas previstas en la nueva residencia, se hace. Hay algunas iniciativas al respecto. Personas que "invierten" capital mientras trabajan para luego asegurarse una vejez digna. Aquí hay varios enlaces al respecto:
En definitiva: como diría el maestro Sabina "hacer mucho, mucho ruido. Tanto tanto ruido" que se nos tenga que escuchar.
Pero no junto a una barra, en un corro de amigos, o desde este mismo blog... eso es muy fácil. Los toros por los cuernos y no tras la barrera.
